Alerta del Papa, aumento del narcotráfico y socialismo del siglo XXI

04 de diciembre de 2016 – 22:12

Papa Francisco

Imagen: Papa Francisco. Wikipedia.

(Diario Las Américas)La alerta papal aplica a todos los países de América Latina, hoy víctimas del incremento de la producción de coca y cocaína que los ha convertido en consumidores.

“Alertar el aumento en el consumo y la producción de drogas” ha sido el mensaje del papa Francisco, que poniendo como ejemplo su país natal Argentina, dijo que “hace 30 años era un país de tránsito y ahora es un país de consumo y hasta algo de producción”. La alerta papal aplica a todos los países de América Latina, hoy víctimas del incremento de la producción de coca y cocaína que los ha convertido en consumidores. El problema radica en el incremento de la producción de droga con los gobiernos del socialismo del siglo XXI y está en directa relación con la política de la Venezuela de Hugo Chávez-Nicolás Maduro, el Ecuador de Rafael Correa, las FARC, el gobierno cocalero de Evo Morales en Bolivia y Cuba.

La CEPAL informó que “América Latina concentra la totalidad de producción global de hoja de coca, pasta base de cocaína y clorhidrato de cocaína del mundo”. La ONU declaró que “los mayores productores de cocaína son Colombia, Bolivia y Perú” y que “tenemos un problema que es el de la producción y ello genera un problema del control de la cocaína en otros países”. En Colombia, el Procurador General declaró que el proceso de paz con las FARC ha dado lugar al incremento de los cultivos coca que están alrededor de las 100.000 hectáreas (hoy se denuncia el doble) que producen cerca de 700 toneladas de cocaína al año. Bolivia tenía 3.000 hectáreas de cultivos de coca ilegal en 2003 cuando derrocaron al presidente Sánchez de Lozada y luego de 10 años de gobierno de Evo Morales, superan las 40.000 hectáreas. Perú ofrece una reducción sostenida de los cultivos de coca desde 2011, de acuerdo con informes de la ONU.

La Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD) de la OEA describe como “cocaínas a tres sustancias o drogas que contienen el alcaloide cocaína, extraído de las hojas del arbusto de la coca y que son el clorhidrato de cocaína o simplemente cocaína, la pasta base y el crack. (…) La cocaína se esnifa, inhala o inyecta, la pasta base y el crack se fuman”. Respecto al consumo, la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODC) informa que “la prevalencia anual en el consumo de cocaína se reduce en Europa Occidental y Central y en América del Norte”; que en “América del Norte ha disminuido el número de consumidores abusivos de cocaína”. La CICAD informa que la prevalencia en el consumo de droga de estudiantes secundarios en Chile es 3,6%, en Argentina es 2,7%, en Colombia 2,6%, en Brasil y Uruguay 2,2%, en Bolivia 2% mientras que en Estados Unidos es de 1,6%, sin estadísticas de Venezuela. La UNODOC informó que “en América del Sur la prevalencia del consumo de cocaína es la más elevada en la población adulta: Uruguay 2,1%, Brasil 1,75%, Chile 1,21,% y Argentina 0,73%”. En general, señalan a Argentina y España como los países donde mas cocaína se consume en el mundo.

Respecto al tráfico, The Wall Street Journal publicó en 2015 “Venezuela, eje del trafico de drogas”, en el que detalla “las investigaciones en contra de altos funcionarios y militares del Gobierno venezolano que estarían ayudando a traficar drogas a través de la frontera con Colombia”. Los “narcosobrinos” del jefe de Estado de Venezuela han sido declarados “culpables de conspirar para traficar drogas a los Estados Unidos” por decisión unánime de un jurado en Nueva York. El senador boliviano Roger Pinto, en ejercicio de su mandato, denunció personalmente al jefe de Estado, Evo Morales, del tráfico de droga en aviones militares desde la zona cocalera de Chimoré, en Bolivia, a Venezuela, y fue perseguido y forzado a refugiarse por más de un año en la Embajada de Brasil, en La Paz, de donde salió por un operativo humanitario liderado por el diplomático brasilero Eduardo Saboia, y ahora es un exiliado político. El jefe de la oficina antinarcóticos de Evo Morales ha sido condenado en Estados Unidos por tráfico de drogas.

Colombia ha acusado y reclamado al Gobierno de Venezuela desde hace mas de 10 años por la protección que Hugo Chávez y Nicolás Maduro han otorgado a las FARC, hasta que el proceso de paz llevó al asesor jurídico de las FARC a reconocer que “Chávez ideó, Chávez impulsó, Chávez construyó” el proceso de paz, mientras la producción de cocaína crecía en Colombia y Venezuela se convertía en el “eje del trafico de drogas”. Ante el bombardeo de Angostura sobre un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, Rafael Correa declaró que “los guerrilleros muertos fueron masacrados”, pero el territorio ecuatoriano está señalado como “cocina de pasta base” y Esmeraldas, Manabí y Santa Elena como principales puntos de exportación de droga.

El discurso del socialismo del siglo XXI es fundamentalmente “antiimperialista” y anti lucha contra el narcotráfico. Evo Morales sostiene y Hugo Chávez lo declaró reiteradamente que el problema de la droga es “el consumo y que Estados Unidos es el principal consumidor” (dato que como hemos visto es falso). Venezuela, Bolivia y Ecuador han expulsado a los embajadores de Estados Unidos y a la DEA sindicándola de intervencionista. Ecuador ha sacado a los Estados Unidos de la Base de Manta de “operaciones contra el narcotráfico”. Venezuela y Bolivia son señalados como narco estados.

La alerta del papa Francisco es cierta pero incompleta porque el meollo del narcotráfico en las Américas es el incremento de la producción y tráfico de cocaína producida como acción política del socialismo del siglo XXI, que ha inundado de droga a América Latina, con enriquecimiento ilícito, corrupción e impunidad, cobijada en la destrucción del “estado de derecho” y la “ausencia de división e independencia de los poderes públicos”. Las dictaduras lideradas desde Cuba y con control de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua son responsables de la alerta papal y la observación de la realidad lo demuestra.

*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy