Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Casimira Lema: Bolivia vive una farsa de democracia, que no cumple con los principios fundamentales establecidos en la Carta Democrática Interamericana, la cual Bolivia ha suscrito. El país carece de los cinco elementos esenciales de la democracia: respeto a los derechos humanos, separación de poderes, acceso al poder mediante elecciones libres, y la independencia judicial. Bolivia es una dictadura del socialismo del siglo XXI, con el respaldo de regímenes como los de Cuba y Venezuela.
Además, el sistema judicial en Bolivia está completamente sometido a la dictadura, existen más de 320 presos políticos y miles de exiliados, muchos de los cuales enfrentan acusaciones infundadas. El poder legislativo es un apéndice funcional del régimen, incapaz de generar reformas o leyes significativas para el país. En este contexto existe una oposición funcional que no está unida ni es efectiva, y está alineada con los intereses del régimen, dividiendo el voto popular y perpetuando la dictadura en el poder.
Actualmente, Bolivia está atravesando una grave crisis económica debido a la mala gestión de recursos naturales y a la corrupción del gobierno. Sin embargo, los problemas económicos son solo síntomas de un problema más profundo: la pérdida de la democracia y la soberanía del pueblo boliviano. El futuro de Bolivia es sombrío si continúa por este camino, similar al que han seguido Cuba y Venezuela, empujando al país hacia la miseria y la dependencia del narcotráfico.
Hay casos emblemáticos de presos políticos en Bolivia, como el de la expresidenta Jeanine Áñez, quien, una víctima de un proceso judicial injusto, diseñado para mantenerla como chivo expiatorio de la dictadura, otro caso es el de Luis Fernando Camacho, encarcelado bajo acusaciones que el régimen utiliza para neutralizar a quienes se oponen a su poder.
Bolivia es una «dictadura electoralista», donde el pueblo vota, pero no elige, ya que el régimen controla todos los aspectos del proceso electoral, incluyendo el padrón y la habilitación de candidatos. Ante este panorama, el pueblo boliviano debe recuperar la democracia, la libertad y la república, la verdadera oposición debe unirse para luchar por estos ideales en lugar de seguir jugando al falso pluralismo que permite la dictadura para perpetuarse en el poder.