Los casos de narcotráfico que se presentan en Bolivia y los juzgamientos internacionales en Perú, Colombia y Estados Unidos, así como la recompensa ofrecida por los Estados Unidos para el Jefe de Antinarcóticos de Evo Morales, son solo expresión del narcoestado en que han convertido a Bolivia, que a su vez es expresión de la dictadura que se ha instalado en nuestro país como un satélite de Cuba y Venezuela, aplicando el socialismo del siglo XXI o castrochavismo.
El narcoestado es una de las notas características de las dictaduras del castrochavismo y Bolivia es un narcoestado prácticamente desde la llegada de Evo Morales al poder, quien ante las Naciones Unidas ha intentado reivindicar al narcotráfico expresando que «La lucha contra el narcotráfico es una creación del imperialismo norteamericano para someter a los pueblos». Esta posición solo repite la falacia castrista de los 60 y certifica la condición de narcoestado en que estamos los bolivianos.
La crítica situación actual del país compromete a los bolivianos a luchar por la democracia, la República y la vigencia de la ley.
Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Maritza Roca en «Portafolio Multimedia».