Convención de Palermo contra el crimen aplica a dictaduras

 

Carlos Sánchez Berzaín entrevistado por Luis Galeano en «Café con voz»: Los grupos que detentan el poder en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua dirigidos por los dictadores Castro/Diaz-Canel, Maduro, Arce/Morales y Ortega/Murillo respectivamente, están comprendidos en la definición de “grupo delictivo” de la Convención de Palermo y cometen a diario “delitos graves” como las detenciones indebidas, supresión de libertad, falsificaciones, acusaciones y denuncias falsas, tortura, extorsiones, sometimiento a esclavitud y una lista interminable de delitos contra la libertad, contra las personas, contra el patrimonio, y contra la humanidad que incluyen terrorismo y narcotráfico. Son “delitos transnacionales” porque “tienen efectos sustanciales en otros Estados”, como la migración forzada de millones de cubanos y venezolanos por hambre, inseguridad y persecución y más.

Los “grupos delictivos” que controlan Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua están dirigidos desde Cuba e integrados en el denominado “socialismo del siglo 21″ o “castrochavismo” como la coartada para encubrir sus crímenes como hechos políticos, cuando la realidad objetiva y la abundante prueba muestran la comisión flagrante de “delitos graves con efectos sustanciales en otros estados”.

Este marco legal internacional e interno, impone que fiscales y tribunales de cualquier país parte la Convención de Palermo, en los que se presentan efectos sustanciales de los crímenes que los “grupos delictivos” de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua asuman competencia, juzguen y sentencien a los dictadores e integrantes de sus grupos delictivos que comprenden represores, miembros de aparato de justicia dictatorial, falsificadores de su montaje de elecciones en dictadura, funcionarios, integrantes de sus grupos de seguridad militares y policiales, propagandistas, apologistas y mas.