Dictadura castrista humilla a patriotas latinoamericanos

Carlos Sánchez Berzaín
11 de julio de 2016

gary-prado-salmon-1024x680(Diario Las Américas) La persecución política del castrismo contra los defensores de la libertad y la democracia no tiene límite ni consideración.  Desde el “asesinato de la reputación” hasta la eliminación física, ataques personales, agresiones físicas, humillaciones y torturas, ejercen una gama criminal que solo la dictadura puede permitirse para la retención indefinida del poder. Una víctima de los despiadados métodos de la dictadura castrista -ejecutados por su operador Evo Morales- es el General Gary Prado Salmón, miembro de las Fuerzas Armadas de la República de Bolivia, reconocido en la historia por haber capturado al Che Guevara.

El dirigente cocalero Evo Morales llegó a la presidencia de Bolivia por la directa acción de Chávez y Castro, y se sostiene en el gobierno por la misma intervención externa. Acabó con la democracia en el país y se ha convertido en dictador con pretensiones de reinar a perpetuidad, como Fidel Castro a quien llama públicamente “papá”. Ha suplantado la Constitución Política del Estado, ha liquidado la República de Bolivia y la ha sustituido por el “estado plurinacional” siguiendo la franquicia castrista ejecutada en Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Ha eliminado la oposición política real, es responsable de más de 20 masacres sangrientas que suman centenas de muertos y heridos, tiene decenas de presos políticos, ha hecho desparecer el estado de derecho y la división e independencia de los órganos del poder público, usa como mecanismo de represión a fiscales y jueces. Ha judicializado la represión política y criminalizado la libertad, logrando con ese método que hoy no exista prensa libre; ha iniciado innumerables juicios por delitos inventados con prueba fraudulenta, con los que encubre sus propios crímenes, dando lugar a la existencia de más de mil exiliados bolivianos en Argentina, Brasil, Paraguay, Perú, Estados Unidos y España.

La guerrilla de Ñancahuazú perpetrada como un acto de agresión contra Bolivia terminó con la ejecución del Che Guevara, que fue capturado vivo por el entonces Capitán Gary Prado Salmon, quien tuvo una destacada carrera militar alcanzando el grado de General; considerado como un militar progresista de izquierda que luego de retirarse del servicio activo fue candidato del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, Embajador de Bolivia ante el Reino Unido en Londres y en México. Sufre parálisis de medio cuerpo, es un impedido confinado a una silla de ruedas desde que recibió un balazo misterioso como Comandante de la VIII División de Ejercito.

Lo que no pudo el Che Guevara lo hizo Evo Morales cometiendo “traición a la Patria”, convirtiendo a Bolivia en territorio ocupado, en uno más de los satélites del socialismo del siglo XXI propiedad de los Castro desde la muerte de Hugo Chávez.  La presencia cubana en Bolivia va desde los servicios de seguridad del estado, la identificación de las personas y control ciudadano, el servicio de correos, las telecomunicaciones,  educación, alfabetización, agricultura, medicina, hasta áreas en las que el castrismo solo ha conseguido corrupción y más pobreza en los 57 años de opresión de Cuba.  Sin embargo, el aspecto más vergonzoso de la intervención castrista en Bolivia tiene que ver con las Fuerzas Armadas, el Honor, la Dignidad nacionales, pues han convertido al agresor Che Guevara en un ídolo del gobierno, le hacen monumentos y rinden honores instalando su imagen en las oficinas públicas, mientras avergüenzan, persiguen y humillan a los defensores de la Patria que como soldados -excombatientes antiguerrilleros- no tienen siquiera una pensión.

Para instaurar la dictadura y liquidar la oposición de seis de los nueve departamentos de Bolivia, Evo Morales aplicó estrategia criminal castrista, montó actos criminales, entre ellos el denominado separatismo o “caso Rosza”  con el que encubre sus delitos en la “masacre del Hotel Las Américas” en Santa Cruz, y ha incluido como acusado en esta persecución judicial al Gral. Gary Prado, quien es obligado a asistir por horas a audiencias en su silla de ruedas, causándole intencionalmente daños graves a su salud por la inmovilidad a la que lo someten, humillándolo con una detención domiciliaria –tan injusta como innecesaria- desde hace mas de 5 años.  El dictador Evo Morales –como títere de la venganza castrista- ha convertido al Gral Gary Prado en su preso político y lo está asesinando lentamente por medio de su servil aparato judicial.

Pero el Gral. Gary Prado no es el único patriota boliviano humillado por la dictadura castrista-cocalera en Bolivia.  En el mismo caso del falso separatismo, decenas de bolivianos han sido encarcelados, extorsionados, torturados y obligados a aceptar acusaciones falsas para proteger a sus familias y recuperar su libertad, o están exiliados.  Evo Morales, para encubrir los crímenes que cometió en octubre de 2003 derrocando al presidente Sánchez de Lozada, inició en persona juicio contra los gobernantes de la democracia depuesta forzándolos al exilio y mantiene en la cárcel –como presos políticos- a los generales  Claros, Rocabado, Veliz, Quiroga y Aranda, miembros institucionales el Alto Mando Militar. Evo Morales ha acusado judicialmente a los gobernadores de Cochabamba, Tarija, Chuquisaca, Beni y Pando; para encubrir sus crímenes de la “masacre del Porvenir” tiene como preso político al de Pando,  para encubrir los asesinatos del joven Urresti y otros ha exiliado al de Cochabamba, al de Tarija, y procesa a los de Chuquisaca y Beni.

Es la dictadura castrista que humilla a Bolivia en la persona de General de la República Gary Prado. Pero es un tema regional, el castrismo hace lo mismo en Venezuela con Leopoldo López y decenas de patriotas, en Ecuador y en Nicaragua; lo hizo y hace con miles de cubanos. Es un tema regional, los patriotas que se oponen en Latinoamérica al castrismo no tienen derechos humanos ni presunción de inocencia ni debido proceso, ni juez imparcial, no los protege la irretroactividad de la ley ni se sabe de reclamos por ellos.