No podemos tener miedo

“No podemos tener miedo”

http://www.diariolasamericas.com/4962_carlos-sanchez-berzain/2827740_no-podemos-tener-miedo.html

– Está demostrado que el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela no respeta los derechos humanos ni las libertades fundamentales

DERECHOS HUMANOS | 04 de Diciembre de 2014

Está demostrado que el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela no respeta los derechos humanos ni las libertades fundamentales

MIAMI.- María Corina Machado, víctima de persecución política y de la violación de sus derechos fundamentales, luego de ser imputada por el sistema represivo  de la dictadura venezolana y acusada del delito de conspiración que inicia el camino de una farsa para imponerle una pena privativa de libertad de 8 a 16 años, ha dado un mensaje al mundo: “NO PODEMOS TENER MIEDO”

Está demostrado que el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela no respeta los derechos humanos ni las libertades fundamentales, que no accedió al poder ni lo ejerce de acuerdo con el Estado de derecho, que no existe separación ni independencia de los poderes públicos; que se trata solamente de un Gobierno dictatorial impuesto por sucesión al fallecimiento de Hugo Chávez, mediante un colosal fraude legal y electoral, manipulado por la dictadura cubana.

Se ha constatado también que en el régimen venezolano, igual que en Ecuador, Bolivia y Nicaragua, no hay lugar para la pluralidad de partidos y organizaciones políticas y menos para la oposición.  En todos estos países se ha impuesto la metodología castrista de supresión o eliminación del adversario.  Son estados que como Cuba, tienen exiliados, presos políticos, perseguidos políticos, control de prensa…

En esta “institucionalidad dictatorial”,  los gobiernos  del socialismo del siglo XXI usan a los fiscales y jueces  -designados y sometidos a su conveniencia- como el mecanismo de represión al que revisten del sarcástico rótulo de “sistema de justicia”, que es una copia del aparato castrista que sirve para eliminar a los opositores, extorsionar a nacionales y extranjeros, pero sobre todo para mantener al dictador en el poder en base al miedo.

Existen miles de casos en los que la institucionalidad dictatorial, por medio de sus fiscales y jueces en Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, en las dictaduras del siglo XXI de América Latina, han aplicado sus irritas leyes con base en hechos falsamente imputados, para condenar inocentes, perseguirlos, encarcelarlos y “vacunar con el miedo” a la gente.

Algunos ejemplos: en Cuba, desde el juicio contra el comandante Huber Matos, contra Amando Valladares, miles de condenados muertos en prisiones inhumanas, hasta el caso de Alan Gross que ya lleva 5 años preso de la “justicia dictatorial”; en Ecuador, el caso del diario El Universo, el juicio contra el asambleísta Klever Jiménez y el periodista Villavicencio y más; en Bolivia los juicios contra el Alto Mando Militar de 2003, cuyos miembros son hoy presos políticos, el de la “masacre del Hotel Las Américas” perpetrada por el Gobierno, que abrió el caso “terrorismo” encarcelando y extorsionando decenas de dirigentes, el sostenido contra el gobernador de Pando Leopoldo Fernández luego de la “masacre del Porvenir”, los de los ex presidentes, y más.

La “justicia dictatorial” sirve para anular al adversario, para someterlo y reeducarlo haciendo que acepte el sistema, para acusar a la víctimas (a quienes enjuician y condenan) por los crímenes que comete el dictador o miembros del régimen, para apropiarse de sus bienes (mejor si son medios de comunicación), pero fundamentalmente esta destinada a imponer “miedo”.  La gente debe saber lo que le pasa a quien se enfrenta al dictador, un juicio sin “debido proceso”, sin “presunción de inocencia”, sin “igualdad de las partes”, sin “juez imparcial” y con la prisión y el asesinato de la reputación asegurados.

El miedo es “la perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario”, supone percepción de peligro, es muy desagradable e influye seriamente en la conducta humana.  El miedo es parte de las percepciones de todo ser humano.  Las dictaduras construyen la imposición de su autoridad explotando esta condición, en cambio la democracia como sistema de “garantías”  se funda en la confianza, la seguridad, la libertad, el Estado de derecho.

Cuando María Corina Machado con irrefutables argumentos dice “NO PODEMOS TENER MIEDO”, además de una muestra de coraje, valor y valentía, está expresando un pedido, incluso un reclamo a los líderes de la región y del mundo.  Es un mensaje a los poderosos, a los gobernantes, congresos, organizaciones e instituciones democráticas, para que dejen de tolerar (tal vez de tener miedo) a las dictaduras del siglo XXI de las Américas.

Carlos Sánchez Berzaín, Director del Interamerican Institute for Democracy