Bolivia es un laboratorio de Cuba

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Es la oponente pública más visible del régimen de los Castro desde el mismo corazón de Cuba. Comanda una revolución a través de la web y el teléfono móvil. Habló con EL DEBER desde La Habana, y hace un análisis frontal a las reformas de Raúl, el hermano de Fidel. Fue ganadora del premio Ortega y Gasset

 

Roberto Navia | Periodista
“En verano la vida aquí se pone mucho más lenta y se sufre entre el calor y las incomprensiones burocráticas”. Dice Yoani Sánchez de su casa habanera. Pero en general, ella  se considera una persona afortunada por tener proyectos en un país donde la mayoría de las personas, dice, o viven en una inercia y una apatía casi crónica, o pendientes de salir de aquí, emigrar, escapar. El hecho mismo de tener deseos de quedarse, de emplear mi energía y mi tiempo aquí, asegura, le mantiene viva.
¿Cuáles son esos tus proyectos?
Tengo más proyectos que vida, hacen falta días de 72 horas. Uno que ya tiene cumplido sus cuatro años es Generación Y, mi blog, es un proyecto que implica la observación constante de mi realidad, del entorno, las preguntas que me hago, un crecimiento escritura, una búsqueda de textos más sinceros. Ese es uno de mis proyectos principales que me ha llevado hasta aquí.
Pero también está el Twiter proyectos que desde agosto del 2008 lo tengo y que ha sido una revolución no sólo para mí, sino para mucha gente que no tiene acceso a internet y que está pidiendo a través de los mensajes SMS del móvil, publicar automáticamente, de manera personal, mensajes de 140 caracteres en internet. Eso para una isla, que es el país con menos accedo a internet del hemisferio occidental, es casi un milagro. Estamos logrando a través de ese mecanismo muy rustico y a ciegas, porque no podemos leerlo que la gente escribe, narrar lo que aquí ocurre. Ese es uno de mis proyectos que más disfruto cada día: levantarme y twitear, levantarme y lanzar pequeños mensajes, caminar por la calle, ver algo y denunciarlo, reportear lo que ocurre.
También tengo proyectos pedagógicos. Estoy enseñando a muchas personas a encontrar el camino a la tecnología como un altavoz cívico. En lo que va del año he graduado a 105 personas en un curso que se llama ‘Sáquele el máximo potencial a su móvil”, donde yo intento que la gente que no tiene acceso a internet encuentre en el móvil una herramienta a través del que puede publicar en diferentes servicios de internet, sin, repito, internet, sino a través del acceso a través a través de mms y sms.
También está  los proyectos literarios, escriturales. Acabo de terminar un libro técnico que se llama ‘Word Press, un blog para hablar al mundo’. Proyectándome hacia el futuro, estoy dando los primeros pasos con un grupo de amigos para sentar las bases de un medio independiente de Cuba. No queremos esperar a que llegue el día en que esté permitido para hacer lo queremos empezar desde antes. Es una ardua tarea de conciliar deseos, intenciones, política editorial. Tampoco queremos que sea un periódico anti nada, anticastrista furibundamente, sino que de reflexiones políticas, culturales y económicas. ¿Cómo vamos a hacerlo? Todavía no lo sé ni puedo decirlo, porque es un delito muy grave todavía en mi país.
¿Cuáles son los mecanismos para luchar contra la censura estatal?
Yo un poco en broma y un poco en serio les digo a mis amigos que los cubanos fuimos capaces de crear el picadillo de carne sin carne. En los años más difíciles la gente tomaba un plátano, un tenedor, le arañaba con el tenedor la cáscara, salía una fibra verde y a eso le echábamos salsa de tomate, ajo, cebolla y un poco de sal y lo presentábamos como picadillo de carne sin carne. Si fuimos capaces de hacer eso y además si tenemos la inventiva suficiente para tenerinternet sin internet, no hay que esperar a que las condiciones para hacer un proyecto estén dadas en su totalidad. Hay que ir sobre la marcha, saltar los obstáculos, ponerse creativos, sustituyendo ingredientes que hay en un país con libertad informativa. Prácticamente esa es mi especialidad, y claro que preferiría tener una computadora conectada con un ancho de banda tremendo y navegar en las redes sociales y responderles a los que me escriben, me encantaría, pero mientras logramos ese estado de libertad informática hay que trabajar con lo que uno tiene a manos.
¿Cómo es producir en internet sin internet?
Yo me construí mi primera computadora en 1994, lo que yo llamé un Frankenstein, con trozos de todo cuanto me había encontrado y comprado en el mercado negro. En ese tiempo estaba prohibida la compra y venta de computadoras a ciudadanos. A partir de ese momento empecé el camino de hacerme con infraestructura tecnológica que estuviera prohibida, censurada, pero también no esperar a que las cosas se permitieran para empezar a hacerlas. Entonces, esa misma lógica de vida me llevó por ejemplo en los momentos más difíciles cuando mi blog estuvo bloqueado desde marzo del 2008 hasta febrero del 2011 dentro de Cuba, a desarrollar mucho ingenio. Por ejemplo, una de las cosas que más hacía era escribir varios textos y cuando lograba conectarme a internet mandaba esos textos por emails a comentaristas de mi blog y amigos que se ocupaban de colgarlo en la portada principal de Generación Y, de manera que el blog estaba vivo aunque yo no estuviera conectada. Las conexiones a la web siguen siendo excesivamente caras y por lo tanto yo me conecto una vez a la semana o cada diez días.
¿Cuál ha sido el impacto de esta fuerza informática y de internet en las entrañas del poder?
Veo muchas señales que demuestra  que se ha movido el muro. Por un lado descubro en el discurso político, en la prensa oficialista, frases que hace dos años solo estaban en boca del periodismo independiente, de la oposición y de los blogers alternativos. Ellos (el poder) han tomado parte de nuestro discurso y eso me parece bien porque al final quiere decir que nos están leyendo, que están tratando de modernizar su manera de decir, y por otro lado pues también hay muchos casos que se denuncian en los blog, que se reportan a través de Twiter y que después el Gobierno va corriendo a ponerle una solución, o al menos taparlos o a intimidar a las personas que reportaron el hecho.
¿Cuáles son esas grases que antes era un pecado mortal y que ahora la usa el poder?
Las que dice Raúl Castro, que hay que aceptar la discrepancia, de escuchar al otro, claro, él lo dice y lo enmascara dentro del propio partido. No ha llegado a decir que hay que escuchar a todas las opiniones y a la pluralidad existente en la isla, pero el hecho ya de que tenga que reconocer la existencia de criterios diferentes, la no existencia de una unanimidad real, yo creo que es algo que demuestra que están tomando prestadas esas frases y está muy bien que así sea, lo que pasa es que en boca de él (Raúl Castro) no se cumplen con la veracidad que desearíamos.
¿Cómo era la Cuba de Fidel Castro y cómo es la de su hermano Raúl?
Tengo que decirte que Raúl es tan responsable como su hermano de todo lo ocurrido en los 50 años. Y ese es quizá uno de los problemas principales que tiene el mandato de Raúl, que no puede hacer una revisión profunda del pasado, no puede romper con el antes, no puede lanzar una crítica  a su hermano que le permita no ser asociado o quizá despegarse de la agenda anterior. Todo lo contrario, todo el tiempo ha tratado de decir que Fidel no tiene la culpa, que fueron los burócratas que no interpretar bien sus orientaciones.
Ahora, sí hay diferencias. Raúl es un hombre mucho más discreto a la hora de hablar, con menos carisma, evidentemente, que su hermano. La represión también ha cambiado de tono, no ha desaparecido, por ejemplo, con Fidel se condenaban a los disidentes a largas penas de prisión, juicios sumaros espectaculares, con mucho bombo. Raúl reprime más en silencio, sin dejar muestras legales. Sin embargo, puedo decirte que con Raúl ha aumentado la militarización de la sociedad. El número de uniformados en los puestos claves del país ha aumentado visiblemente. Sencillamente se trata de un cambio de estrategia.
En el tema económico, ¿hubo algún cambio?
Raúl ha impulsado algunos cambios económicos interesantes, lo que pasa es que han sido implementados con lentitud y poca profundidad. Por ejemplo, el hecho de dar el usufructo a la tierra a personas que quisieran trabajarla fue una noticia halagüeña. Pero en la práctica lo que ha ocurrido es que el 2010, cuando se suponía que iba a haber un aumento de la producción agrícola, lo que ocurrió fue que se descendió en la producción de café, de cacao. El país tuvo que importar más comida que el 2009, más de 1.500 millones de dólares para importar el 80 por ciento de lo que se come. Cuba es un país muy dependiente de los mercados de comida internacional.
Por otro lado, la apertura de Raúl al trabajo por cuenta propia todavía tiene muchas limitaciones, no cuenta con mercados mayoristas, no tienen además la posibilidad de importar materia prima de forma independiente. Ahora bien. Yo creo que los cambios de Raúl están en una buena dirección, que es la flexibilización, la apertura, el fin del exceso burocrático. El tema son sus temores a imprimirle a sus cambios un ritmo más rápido. Él tiene el temor de perder y en ese dilema está atrapado.
¿ Se va el camino hacia una democracia que no sea a la cubana?
No lo creo, no está entre los planes de Raúl Castro, quizá están yendo más a un modelo cercano a China, donde las personas puedan tener determinado desahogo económico y productivo, pero manteniendo un férreo control político y el mono partido.
¿Se han abolido algunas leyes?
Se ha hecho una moratoria a la pena de muerte. Sin embargo, en la última Asamblea Nacional se habló de un recrudecimiento de la llamada ley mordaza que es la misma ley por la que fueron a prisión 75 opositores en la primavera negra del 2003. Entonces como que se abre por un lado y se cierra por el otro.
Se ha anunciado que se permitirá la compra venta de casas, pero hasta el día de hoy no se ha implementado nada. También se anunció que se flexibilizará la política migratoria pero hasta el día de hoy sigue siendo imposible para un cubano abordar un avión sin tener antes un permiso de salida.
¿Cuál fue el resultado de la última Asamblea Nacional?
Lamentablemente apenas legisló un cambio. Tuvo un resultado, a mi juicio, decepcionante. Pensé que en esta Asamblea se iba a poner ya por escrito la nueva legalidad del mercado inmobiliario para el trabajo por cuenta propia. Lo único que se hizo realmente fue validar los acuerdos tomados en el sexto congreso del partido, hablar por ejemplo del uso de la mujer como símbolo sexual en la propaganda turística, que me parece bien, pero que no es un tema de tanta importancia como para priorizarlo por delante de otros asuntos, como ser la dualidad monetaria, las libertades políticas, de asociación y de expresión.
¿Qué ha sido lo más duro para vos en todo este tiempo?
Ha sido difícil. Yo creo que paralelamente a la vigilancia policial, a las acusaciones, a las amenazas, a los golpes que lamentablemente he tenido que sufrir, lo más difícil no ha sido tanto eso como la sensación de asfixia, de impotencia que siente un ciudadano que ve cómo un estado totalitario que es propietario de todos los medios de comunicación interna, de los tribunales, de las leyes, de la capacidad de difamar, mentir y calumniar a un pequeño individuo sin darle derecho a réplica, ver cómo ese estado totalitario lapita públicamente a figuras de la oposición de la sociedad civil, a mí sms y sin embargo, no poder tomar ese mismo micrófono y decir mis verdades de lo que ha ocurrido. Eso ha sido lo más difícil.
Sin embargo, a pesar de que lo viví, el resultado final ha sido el contrario al esperado por el oficialismo, el resultado final de esas lapidaciones mediáticas ha sido que mucha gente en la calle me saluda, se solidariza, ahora mismo la mayoría tiene la curiosidad que da todo lo prohibido por acercarse a Yoani Sánchez y a lo que escribe.
¿Cuál ha sido la participación de la mujer en la política en el poder de la común comunicación dentro de Cuba?
Tengo la satisfacción personal de decir que la mayoría de los blog en Cuba están teniendo una posición más crítica, frontal, valiente y escrita también por varias mujeres. Personas como Miriam Zelaya, Claudia Cadelo, Rebeca Monso, Regina Coyula, una serie de rostros femeninos que están marcando una pauta periodística y cívica. Lo hacen con ese lenguaje tan incisivo pero tan maternal que tenemos las mujeres. Un lenguaje conciliador que no llama a la violencia, a la venganza, un lenguaje como el que utiliza la madre que se sienta a la mesa con todos sus hijos y sabe que todos son diferentes.
En los países donde existe libertad, ¿cómo crees que debe cuidarse esa joya?
Es que no se valora tanto la libertad informativa como cuando uno viene del interior de la larga noche de la censura. Claro que no le recomendaría a ningún periodista que pase por esto, pero una zambullida no vendría nada mal. Un darse cuenta de las dificultades, de los tropiezos, de los inconvenientes y de los castigos que sufrimos quienes estamos en sociedades donde el Estado se ha excedido en sus funciones, donde una ideología ha traspasado los límites de lo democráticamente permitido, donde un hombre quiso hacer una isla a su imagen y semejanza, y bueno pues, produjo este experimento fallido. Entonces, no estaría mal acercarse y defender desde la pluma y las teclas, lo que se tiene, defenderlo contra estos demonios que han usurpado la libertad informativa en otros lugares.
– ¿Cuáles son los síntomas que señalan que un país a por el camino irremediable de la censura?
– Si yo pudiera pararme en una esquina y gritar: En este país no hay democracia, sería una muestra de que hay aunque sea algo de democracia. Ese es un indicador. Aquí nos han arrebatado incluso el derecho a quejarnos. También hay otras señales como la estatización de los medios de comunicación, el adoctrinamiento en la educación son vientos que después traen tempestades imparables. Hay que estar muy atentos. Yo diría que los informadores tienen un papel importantísimo como conciencia crítica. Si se les deja hacer a los gobernantes a su gusto, pues terminamos encerrados en las jaulas que ellos nos montan, la prensa tiene que ser una especie de banquillo de los acusados, porque si no, estamos a expensas de lo que ha ocurrido en Cuba. Que venga un hombre, un partido y secuestre espacios que debieron pertenecer por siempre a los ciudadanos.
– ¿Cómo ves a Bolivia desde tu casa habanera?
– Bolivia se ha instaurado en la agenda de Cuba de una manera bastante protagónica por el peso que le dan los espacios oficiales a la figura de Evo Morales y por los cubanos que viajaron en misiones educativas y médicas. Yo creo que se lo ve también como un laboratorio donde se está intentado experimentar algo que nosotros conocemos al dedillo. Existe la sensación de advertirles a los bolivianos que no sigan nuestro camino, un camino fallido, donde hay que ceder demasiado para obtener muy poco. Así se mira a Bolivia, con esa conmiseración que siente el condenado cuando ve que alguien está siendo condenado por lo mismo.
– ¿Qué puede ganar o perder el Gobierno de Bolivia?
– Yo quisiera hacer una salvedad. Una cosa es la relación espontánea entre los pueblos Bolivia y Cuba y otra la cercanía de los gobiernos. Esa cercanía a la larga traería pérdidas para los bolivianos porque Cuba no es una referencia que da números positivos, todo lo contrario, levanta una sombra oscura sobre todo aquel que se aproxima. En ese caso la cercanía de Evo Morales a Raúl puede ser muy negativa en la proyección que quiera dar de inclusión, de aceptación de la pluralidad y de respeto al otro. Acercase demasiado puede devorarlo en el juego ese de la historia que estos fundamentalistas han atizado durante tanto tiempo. – ¿Y el efecto en el ciudadano? – Libertades importantes, de expresión, de asociación, hasta de salir y entrar de su propio país, cosas que quizá ustedes ni son conscientes de que las tienen. En la medida en que se entregan cuotas de poder a un gobierno y a un hombre, pues por regla general se empiezan recortar esas libertades. La libertad de información es la que permite mantener a los presidentes que deberían ser simples administradores de la nación, mantenerlos en la mirilla de la diatriba, de la crítica, del escrutinio en público.
– ¿Cómo la enfermedad de Hugo Chávez puede cambiar la agenda de Cuba y de Bolivia.
– La enfermedad del presidente de Venezuela ha sido una advertencia de lo frágiles que son los regímenes que se basan en la figura de un hombre. En el caso de Cuba puede significar perder nuestra segunda Unión Soviética, a que el flujo económico, de subsidio de 100 mil barriles de petróleo diario que entran aquí de Venezuela se corten de tajo. También es una advertencia a Raúl, para que imprima más velocidad a sus reformar porque el camarada de ruta, el amigo cercano, puede ser que no esté allí en uno o dos años para sostener desde allá el supuesto paraíso.