LA ESTRATEGIA DEL POPULISMO TOTALITARIO

Diario de Las Americas| 15 de Junio del 2009

Carlos Sánchez Berzain

 

El resultado del referéndum de Venezuela puede constituir un punto de inflexión en el proceso de avance del populismo neo-comunista en América Latina.  Sin embargo, este triunfo podría quedar solo como un episodio sino consideramos que existe una agenda única y coordinada, diseñada por La Habana con la ideología de los años sesenta, la experiencia de casi cincuenta años de totalitarismo y financiada desde Caracas con los dólares del petróleo. Es ejecutada por el eje Caracas-La Habana y su acción política esta dirigida a cuatro áreas  de acción: a) los países controlados; b) los países bajo influencia; c) los países objetivo; y d) los países con capacidad de ejercer influencia.

 

Los países controlados son Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Los países bajo influencia son aquellos que tienen relaciones estratégicas de dependencia porque reciben apoyo económico importante, e incluye cuanto menos a Argentina, Uruguay y la mayoría de los estados caribeños.  Los países objetivo son aquellos cuyo control a través de la toma del poder se pretende: Perú,  Colombia, Brasil,  México y estados centroamericanos. Los Estados Unidos y Canadá son los países que tienen la capacidad de ejercer influencia.

 

En los países controlados aplican una agenda única, diferenciada por los tiempos de ejecución en función de las oportunidades o dificultades que cada escenario presenta. Consolidar el poder absoluto es el propósito. Para eso implementan apoyo político y económico mediante intervención directa, promoviendo movilizaciones y la formación de cuadros. Despliegan mercadeo y publicidad, mucho dinero, logística y un discurso anti-liberal, anti-globalización y anti-imperialista, buscando aprovechar y exacerbar los elementos de descontento que tenga el país.  Lo han conseguido en Bolivia, Ecuador y Nicaragua; han fracasado –pero no desistido- en México y Perú.

 

En el poder la consigna es acabar con la institucionalidad democrática nacional, buscar el cambio constitucional vía asambleas constituyentes para  demoler desde dentro el sistema republicano. Para ello, despliegan el sistema cubano para dar al traste con cuanta institución, entidad o persona que se les oponga, y desatar una persecución política selectiva y judicializada. Reclutan a sectores de la burguesía con negocios y crean nuevos ricos, para dividir la resistencia y desfinanciarla; controlan  las Fuerzas Armadas con “bonos”, aumentos salariales y equipamiento. Subordinan al sistema de Justicia o lo deshacen.  La destrucción total del sistema de partidos políticos resulta esencial, para lo cual cuentan en muchos casos con la ayuda de los mismos partidos que – creyendo alejarse de las amenazas- atacan a su propio sistema y pactan, sin advertir que el pacto sólo acelera su final.

 

Controlan la economía, acaban con la independencia de los bancos centrales, estatizan, restringen las libertades económicas, controlan divisas e imponen cargas a sectores productivos. Agrandan el estado, fomentan el comunitarismo, siembran el desastre económico a mediano y largo plazo, promueven, participan y toleran la corrupción. Controlan los medios de comunicación, centralizando la información, limitando la libertad de prensa por medio de la censura o a cambio del pago de propaganda. Confrontan en forma directa con los medios libres de prensa y con sus propietarios mediante el ataque público, el desprestigio y la coacción hasta llegar a la clausura, mientras fortalecen y multiplican medios gubernamentales.

 

El control de la educación es imprescindible para aplicar el adoctrinamiento gubernamental desde las escuelas y de allí se producirá la confrontación con la Iglesia Católica, pues aunque les sirvió en la toma del poder, estorbará por su influencia en sectores populares. Toman el control de los sistemas de identificación nacional y de los órganos electorales que les permitirá manejar los resultados electorales, así sea disminuyendo el margen de derrota como acaba de suceder.

 

A los estados bajo influencia les vende petróleo con  solo el pago de la mitad del precio y crédito a largo plazo por la otra mitad; les presta dinero, compra deuda externa, hacen inversiones y se les exige alineamiento y apoyo en los organismos internacionales. Esto  hasta tener las condiciones para controlarlos.

 

En los países objetivo, las tareas son de desestabilización, financiando sectores con conflictos y alta capacidad de movilización como maestros, mineros, campesinos, obreros para debilitar el sistema político buscando se produzca una sustitución violenta del gobierno o dejando a este en las peores condiciones posibles para la próxima elección.

 

En Estados Unidos y Canadá, trabajan para afectar la forma en que estos gobiernos ejercitarán su influencia en el hemisferio. Lo hacen con la creación de oficinas de información (desinformación), organizaciones no gubernamentales,  relaciones de negocios, contratación de cabildeos, grupos de simpatizantes, etc.

 

Aunque no triunfará a largo plazo, el neo-comunismo del siglo XXI esta causando mucho daño.  No tiene viabilidad histórica, pero posee estrategia, mucho dinero y una brutal fuerza de destrucción.