INTOLERANCIA A LA BOLIVIANA

Diario de Las Americas| 20 de Septiembre del 2007

Armando Balladares |

No pude menos que pensar, pobre Bolivia y pobres los bolivianos, cuando el pasado Lunes en el Craham Center de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) un grupo de “estudiosos” bolivianos que debían dar una conferencia bajo el interesante rótulo de “Bolivia Hoy – Miradas constructivas”, protagonizó una inaceptable y bochornosa muestra de la intolerancia ideológica y desprecio por los principios de la libertad y convivencia democrática.

 

La conferencia fue preparada por el Latin American And Caribbean Center de FIU, actuaba como moderador el Dr. Eduardo Gamarra y los académicos bolivianos cuya particpacion se anunció eran Manuel de la Fuente, Maria Eugenia Choque, Javier Hurtado y Pablo Mamani que explicarían el momento político que vive Bolivia a la luz de sus concepciones y formación indigenista y vinculada al gobierno de Evo Morales.

 

Aconteció que como parte del público se encontraba el abogado y político boliviano Carlos Sanchez Berzain, que vive exiliado en Miami y quien fue parlamentario y varias veces ministro en los gobiernos del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y es además parte de la comunidad educativa de FIU pues cursa una maestría en Ciencias Políticas.  Cuando el moderador terminó de hacer la presentación de los curriculums y antecedentes de los conferencistas, uno de estos, el Sr. Hurtado,  hizo uso de la palabra para explicar al publico que rehusaban realizar exposición alguna mientras permanezca en el salón su compatriota Carlos Sánchez Berzain a quien adjetivaron agriamente por su participación en el ultimo gobierno de Sánchez de Lozada y su relación con este.  Luego habló Sánchez Berzain quien se describió como un perseguido político del gobierno de Evo Morales y acusó a los conferencistas de no querer dar la conferencia por temor a la verdad, a tiempo que los invitaba a continuar y ratificaba su permanencia en la sala.   Lo que siguió fueron gritos y acusaciones de Hurtado contra Sánchez de Lozada (ausente del acto) y Sánchez Berzain y  las reconvenciones de éste, hasta que el moderador tomando el micrófono suspendió la reunión.

 

Los conferencistas se retiraron apresuradamente y quedamos en el salón un conjunto de latinoamericanos,  profesores, estudiantes y algunos ciudadanos bolivianos que habían ido a escuchar a sus paisanos.  Durante una media hora se comentó en grupos lo que había pasado mientras Sánchez Berzain hacia referencias históricas y formulaba criticas al gobierno de Evo Morales con un grupo de jóvenes bolivianos que estaban azorados por lo acontecido.

 

El consenso de los allí fallidamente reunidos fue el de criticar la conducta de los academicos del gobierno de Evo Morales que en lugar de explicar lo que llamaron Miradas constructivas a la Bolivia de Hoy, mostraron con su actitud lo destructiva que es la intolerancia, mas cuando ella se practica en un centro de discusión universal y de libertad como es una universidad pública en los Estados Unidos.  Nadie comprendió, y yo aún no entiendo, que daño podía haber hecho a la conferencia  la presencia del político exiliado, quien además de escuchar solo hubiera podido formular unas pocas preguntas o emitir algún breve criterio que en todo caso hubiera enriquecido el debate y la presentación de los conferencistas.

 

En democracia uno puede no estar de acuerdo con las ideas de otro, pero tiene la obligación de respetarlas y el derecho de confrontarlas, pero con ideas y en el plano de los mínimos cánones de civilización, pues lo contrario es autoritarismo, abuso y desprecio absoluto de los fundamentos de la libertad.  Sentimos vergüenza ajena y mucha preocupación por la conducta de los teóricos del actual gobierno de Bolivia que se comportaron de esta manera en Estados Unidos, donde habían llegado invitados y al parecer con gastos pagados por la agencia de cooperación.

 

Pobres exiliados bolivianos si deciden regresar a su país en estas circunstancias, pero sobretodo pobres bolivianos y pobre Bolivia y su democracia con actitudes autoritarias y de tan grande desprecio a la libertad, como las que he presenciado.