ARGENTINA: MAS QUE UNA RENUNCIA

Diario de Las Americas| 15 de Junio del 2009

Carlos Sánchez Berzain*

 

Martin Lousteau acaba de renunciar como Ministro de Economía de la Argentina, después de menos de 5 meses de gestión. Fué el más joven ministro de economía de su país y su designación fué –acorde con Joaquín Morales Solá, el prestioso comentarista del diario La Nación de Buenos Aires- la más descollante de las efectuadas por la presidenta Cristina Kirtchner.

Pero su renuncia no es el mero cambio de un Ministro. Implica varios aspectos, nada promisorios para la Argentina.

Lousteau se va del Ministerio, luego de proponer una serie de medidas para contener la inflación y tratar – sin éxito- de establecer un índice de precios confiable.

La forma en que se va muestra inequivocamente que el país cuenta con una presidencia bifronte y esquizofrénica y que el poder es compartido por los Kirtchner, causa principal de la caída de la aceptación de Cristina, hoy en un punto bajísimo.

La segunda gran conclusión que muestra la renuncia del ministro es que –inequívocamente- el gobierno apuesta por la negación de la realidad y por la irracionalidad, demostrada por dos hechos: el mantenimiento de Guillermo Moreno y las características del nuevo ministro de Economía.

El enfrentamiento de Lousteau con Moreno es otra de las causales de su renuncia. Moreno significa control de precios, manipuleo de las estadísticas y actitud patoteril para presionar a los empresarios. Es la irracionalidad misma, al servicio de Néstor Kitchner. Una elección de los halcones de la prepotencia por sobre el diálogo de los moderados.

El perfil de Carlos Fernández, a cargo ahora de la cartera, señala, sin lugar a dudas, el sentido del cambio de ministro. Ningún economista serio hubiera aceptado el cargo y de hecho, tres candidatos consultados lo rechazaron, con plena conciencia de la necesidad de implementar, con matices diferentes, algo muy similar a lo propuesto por Lousteau.

Como dice Morales Solá “la unanimidad de los economistas está escribiendo la misma receta para enfrentar la inflación, el primer problema político de los Kirchner. Los Kirchner han decidido hacer en soledad su propio camino y se niegan a reconocer que existe inflación. Es la terquedad contra la economía. 

Desde Roberto Lavagna hasta Carlos Melconian, o desde Martín Redrado hasta Mario Blejer, dicen más o menos lo mismo”

El nuevo ministro  se ha definido, no como un técnico, sino como un soldado de la causa de los Kirtchner, y que no viene a cambiar nada.

Extraño destino el de la Argentina: con fuerza para salir de las crisis, pero con una incapacidad absoluta para manejar las bonanzas, como la que se le presenta desde hace años. De allí, la sensación de perder otra oportunidad de oro, para sentar las bases de un crecimiento sostenido.

 

* Abogado y Politico boliviano.  Fué Congresista y cinco veces Ministro.